El despertador sonó, sonó y sonó yo solo podía dar manotones para tratar de apagarlo. Por fin logre apagar ese maldito aparato y comenzar a poner mis pensamientos en orden, cada mañana era lo mismo en el orfanato pero esta sería mi última mañana aquí. Mi última rutina.
Hoy era el día en que mis padres adoptivos vendrían por mí. Eunice y Gabriel. Sabía muy poco acerca de ellos, de hecho sabia prácticamente nada, cada vez que venían a visitarme aparecían con los nuevos padres de Cristi. Lo que conocía de su parentesco era que Gabriel era el mejor amigo de secundaria de Clarisse, Rodolfo había sido novio de Eunice durante la universidad; Clarisse era hermana de Eunice y en algún loco momento estos cuatro desconocidos se conocieron y bueno el amor floreció.
Cristi y yo seremos primas. O como ellos dicen primas-hermanas. Seriamos realmente felices según todas las probabilidades, aunque en realidad yo no quisiera esta vida que se me ofrecía, debía aceptarla. Ya había sido adoptada y solo me tocaba acatar las normas.
Me levante torpemente, mi cabello oscuro estaba alborotado, cuando mis pies desnudos tocaron el piso frio de madera reaccione completamente. Fui a la ducha corriendo, deslice mi mano por el grifo de agua fría y un chapuzón inmediato hiso contacto con mi piel llevando temblores a todo mi cuerpo. Sentía como mi cuerpo se convulsionaba debido al frio. Me hubiese quedado por horas bajo el agua fría, lavando mis temores, limpiando mis ideas y sobretodo deseaba adormecer mi cuerpo. Jacqueline con un golpe en la puerta fue quien me hiso salir de la ducha.
-Ivaine, sal rápido y vístete. Tus padres ya llegaron.
El corazón se detuvo por un mili segundo para después continuar con un latido alborotado que revelaba lo asustada que estaba. Envuelta en la bata que me había regalado Cristi hace dos cumpleaños atrás volví a la habitación que había sido mía y de Cristi desde que teníamos tan solo meses de nacidas. Un cuarto pequeño, habíamos tenido suerte de no compartir cuarto como las demás niñas en el orfanato.
El piso con su madera antigua, desgastada, me invitaba a deslizar por última vez mis pies descalzos, las paredes de color amarillo pastel adornadas con nuestras manos en diferentes transiciones a medida que crecíamos, las fotografías que habían sido removidas de la pared, nuestros carteles de papel mache en distintos colores fueron puestos en una caja. Cada idea, sueño, pensamiento, risa, llanto que habían guardado estas cuatro paredes quedarían en el ayer para ser ocupados por los pensamientos y sentimientos de alguna otra persona.
Lagrimas derramaban mis ojos, incalculables gotas recorrían mi rostro, silenciosas.
El vestido verde azulado se encontraba encima de mi cama esperando a que lo usara, Jacqueline me había dicho que sería una bonita forma de agradecer el regalo de Eunice usándolo el día en que fueran por mi; en mi caso era una forma de ceder, soborno de la peor calaña. Bueno quizás no soborno de la peor calaña pero quería dejar en claro que no sedería tan fácilmente. Cualquiera en mi posición ya estaría resignada pero yo no, no me rendiría, si fuese necesario encontraría la manera de que tanto Eunice y Gabriel se vean tan artos de mi presencia que tuviesen que devolverme.
Saque mis jeans gastados, una blusa de algodón en color verde y una chaqueta negra con capucha para ocultar mi rostro, me puse mis zapatillas. Guarde el vestido verde azulado junto a los zapatos a juego dentro de mi maleta, entonces ya estaba lista.
Jacqueline llego a mi habitación, junto a Eunice y Gabriel. Esperaba que ellos estuviesen abajo aguardando por mí, pero al parecer me equivoque.
-¡Ivaine! –me reprendió Jacqueline al ver que no estaba vestida como lo habíamos acordado.
Mi mirada puesta en mis zapatillas.
-Ivaine por favor –dijo en un tono de voz más suave de lo habitual.
Lentamente levante mi mirada para quedar a la altura de la de ella, lastimosamente mis lágrimas aun no se había ido y estaba segura de que mis ojos estaban totalmente irritados sin mencionar que mi nariz no dejaba de moquear. Yo estaba hecha un desastre.
Eunice y Gabriel me dirigieron una mirada apenada, ambos lucían casi culpables ¿Por causarme este dolor? ¿Por llevarme lejos de aquí? La verdad era que no me interesaba saberlo, me importaba un verdadero rábano lo que ellos opinasen de mí.
-Querida por favor no estés triste, ya verás que todo irá bien, además Cristi está muy entusiasmada de volver a verte –Eunice se dirigió a mí con su voz tan suave y dulce, era como si el susurro del viento, sereno, acompañara su voz delicada.
-Tenemos todo preparado para ti, tu cuarto, tu coche y por supuesto la mejor educación que podremos proporcionarte. Todo será sencillo –Gabriel hablaba como si yo fuese un muñeco al que ellos solo tenían que dirigir. Sus palabras me dejaban cada vez mas angustiada.
¿Acaso creían que todo seria así de fácil para mí? ¿Qué dándome un coche y cosas bonitas, yo tenía que tirarme a lamerle sus botas? Mi furia se incremento y los fulmine a ambos con la mirada, tenía las palabras perfectas para escupirles en la cara pero como siempre Jacqueline se dio cuenta de mi estado de ánimo y fue capaz de callarme.
-Ivaine creo que será mejor que bajemos tus maletas ¿no les parece?
-Oh, claro eso estaría perfecto – cedió Gabriel.
Comenzó a dar vueltas por la habitación recogiendo mis dos únicas y pequeñas maletas. Estuvo a punto de recoger mi mochila también, pero me adelante y la tome yo. Me sentía realmente harta de tener a esta gente a mi alrededor, baje las escaleras como si fuese un cohete a propulsión, sabía que Jacqueline bajaría con Eunice y Gabriel tratando de bajarle el perfil a mi comportamiento imprudente ¿Pero y qué diantres? A nadie le importaba realmente.
Cuando llegue al primer piso no tenía ni idea de lo que me esperaba.
Las niñas más pequeñas de la casa Hogar estaban en la entrada esperándome con un gran cartel que decía - ¡Te extrañaremos Iv! – lleno de escarcha y corazones de papel picado, las más grandes estaban con un montón de tarjetas que eran para mi, nunca pensé que recibiría alguna de estas cosas, siempre lo viví desde fuera, era yo quien daba regalos a las chicas que se iban y siempre eran las más pequeñas. Quería llorar, por su lindo gesto, gritar de la rabia y patalear para que Jacqueline anulara esa estúpida adopción.
En vez de comportarme como una niña mimada, puse mi mejor cara de “gracias” recogiendo todos los besos y abrazos que me eran dados con sinceridad, tome las tarjetas de despedida, di un adiós con mi mano para todos, subí al carro y me aleje de allí.
Eunice y Gabriel no hablaron en todo el camino, solo se preocuparon de cerrar la boca y poner algo de música clásica.
La residencia, o mejor dicho el lugar de mi nuevo hogar, era el barrio más monstruosamente acomodado que había visto en mi corta vida. Se ubicaba en la parte sur de la ciudad, un complejo totalmente privado, con colegios, supermercados, parques, incluso tenían una mínima parte donde hallabas tiendas. Era como una gran cárcel, pero con todas las comodidades al alcance de tu mano.
No me fije en el camino que suponía debía guiarme hasta mi casa-mansión, pero en el momento que Gabriel estaciono fuera de una casa tan grande como un palacio sabía que estaba en verdaderos aprietos, ellos quizás me tendrían bajo supervisión todas las locas horas de mi día, no sería tan fácil escapar y mucho menos hacerle la vida de cuadritos.
-Bueno Ivaine ¿Qué te parece?
-Es bonito, para gente con dinero.
Ambos guardaron silencio, yo solo baje del coche, me puse la mochila y me acerque al porche de la casa. Eunice se acerco a mí y comenzó a buscar las llaves en su cartera, supuse que Gabriel bajaba mis maletas, pero él hablaba con un tipo alto como de unos 25 años, quizás era mi vecino o quizás solo alguien de por aquí.
-Oh creo que he perdido mis llaves, ¿Ivaine puedes decirle a Gabriel que me pase las suyas por favor?
-Claro.
Tire mi mochila al piso y comencé a acercarme al lugar donde estaba Gabriel, ni siquiera seguí el caminito de cemento, pise el perfecto pasto tan fuerte que si hubiese podido lo hubiese arrancado con cada pisada que daba. No pedí permiso para hablar, no me presente y mucho menos me comporte como debía.
-Gabriel, Eunice quiere las llaves dice que perdió las suyas – dije mientras mis manos se movían nerviosas con las mangas de mi chaqueta.
-Oh, aquí tienes. Ivaine el es Pablo, nuestro vecino.
-Hola –dijo el hombre.
Mire su rostro, bastante juvenil para pensar que tenía 25 años. Tome las llaves de la mano de Gabriel y me fui sin decir una palabra. Escuchaba la voz de Gabriel disculpándose por mi falta de educación, dando la escusa de ser muy tímida con los extraños - ¡Ja! Como si ellos no lo fueran – di las llaves a Eunice. Abrió la puerta y me hiso pasar al hall de entrada, prendió la luz y ahí fue cuando mi peor pesadilla comenzó.
Una bofetada y una pequeña probada de la vida a la que tendría que acostumbrarme a vivir.
0 Capitulo dos
Cuando Cristi volvió al orfanato después de seis meses viviendo con sus primeros padres adoptivos prometimos nunca contar el verdadero motivo por el cual ella volvía, corrían un montón de chismes acerca de lo que había sucedido, decían cosas tan horribles de Cristi, ella estuvo muy triste durante los primeros meses, pero poco a poco comenzó a salir de esa tristeza.
El verdadero motivo era que la señora Ferraz, estaba embarazada al fin y no quería a una niña extraña de 12 años rondando su casa, habían encontrado la manera de devolver a Cristi al orfanato. Ella había hecho eso porque sus amigas contaban historias horribles de jóvenes adoptados que después de que sus padres adoptivos habían logrado tener un hijo propio, golpeaban a los hijos biológicos de la pareja. La señora Ferraz se aferro a esa teoría y no espero a comprobarla, por supuesto que esas solo eran historias de gente inescrupulosa e insensata.
Por culpa de la bocaza de la amiga de la señora Ferraz, mi mejor amiga había sufrido las consecuencias, nadie se detuvo un segundo a pensar en los sentimientos de aquella niña de 12 años, una huérfana que había recibido el amor de una familia que supuestamente estaba dispuesta a darlo todo por ella para luego quitarlo en un abrir y cerrar de ojos.
Ese era mi mayor temor al ser adoptada, por eso odiaba cuando Jacqueline traía padres y me los presentaba, ella les mostraba mis notas, mis preciosos dibujos y lo responsable que era, la mayoría de los padres se iban muy dispuestos a adoptarme pero yo siempre encontraba la manera de asustarlos demasiado en las entrevistas que teníamos en solitario. La verdad era: no quería sufrir y mucho menos cargar con más dolor del que ya tenía al pensar cada insignificante segundo en porque mis padres biológicos me habían dejado aquí.
Al principio cuando empecé a ser consciente de mi situación me gustaba pensar que estaba internada en una escuela tan lejana que mis padres no podían llegar a buscarme, poco a poco cree un montón de historias de porque mis padres no iban a buscarme pero la realidad en mi mundo era otra y hasta hace unas semanas atrás mi único objetivo era cumplir la mayoría de edad, ser libre del orfanato, buscar un empleo y un lugar donde vivir cómodamente hasta que Cristi fuese libre también para mudarnos juntas.
Ahora todo había cambiado, no sería libre, mi sueño había ido a parar al bote de la basura, el panorama se había puesto bastante gris desde mi silla, estaba en el ático del orfanato sentada junto a la pequeña ventana circular observando cómo las niñas más pequeñas jugaban. Un auto lo bastante pomposo se estaciono justo en la entrada principal, bajaron muy tranquilamente los nuevos padres de Cristi, Clarisse y Rodolfo; lucían espectacularmente felices al igual que la chica de 15 años que corría hacia ellos para abrazarlos.
La escena perfecta, cargada de emotividad, mis malditas lágrimas comenzaron a abrirse paso por mis mejillas descendiendo a mi barbilla perdiéndose en su recorrido. Todas las chicas con las que Cristi y yo convivimos diariamente salieron a despedirla mientras Jacqueline entregaba las maletas junto con otras pertenencias de Cristi.
La única que no estaba ahí en ese instante era yo, me dolía verla tan feliz de marcharse sin mí pero al fin y al cabo era eso lo que ella quería, tener una familia, ser querida y olvidarse de que en algún momento vivió en un orfanato.
Cuando los abrazos, los llantos entre sonrisas hubieron terminado tanto Clarisse como Rodolfo envolvieron a Cristi en un abrazo para después ayudarla acomodarse en el auto. Vi como partía a su nuevo hogar sin desprender nada de arrepentimiento por no despedirse de mi –aunque solo fuera para un pronto reencuentro- lo único que obtuve de Cristi fue una mirada sombría desde la ventana posterior del auto.
Me quede observando como el auto se perdía calle abajo, horas pasaron hasta que por fin decidí ir a mi cuarto, abrir mi edredón y envolverme en él para perderme en la calidez de mis sueños olvidando por completo que mañana seria mi sentencia.
El verdadero motivo era que la señora Ferraz, estaba embarazada al fin y no quería a una niña extraña de 12 años rondando su casa, habían encontrado la manera de devolver a Cristi al orfanato. Ella había hecho eso porque sus amigas contaban historias horribles de jóvenes adoptados que después de que sus padres adoptivos habían logrado tener un hijo propio, golpeaban a los hijos biológicos de la pareja. La señora Ferraz se aferro a esa teoría y no espero a comprobarla, por supuesto que esas solo eran historias de gente inescrupulosa e insensata.
Por culpa de la bocaza de la amiga de la señora Ferraz, mi mejor amiga había sufrido las consecuencias, nadie se detuvo un segundo a pensar en los sentimientos de aquella niña de 12 años, una huérfana que había recibido el amor de una familia que supuestamente estaba dispuesta a darlo todo por ella para luego quitarlo en un abrir y cerrar de ojos.
Ese era mi mayor temor al ser adoptada, por eso odiaba cuando Jacqueline traía padres y me los presentaba, ella les mostraba mis notas, mis preciosos dibujos y lo responsable que era, la mayoría de los padres se iban muy dispuestos a adoptarme pero yo siempre encontraba la manera de asustarlos demasiado en las entrevistas que teníamos en solitario. La verdad era: no quería sufrir y mucho menos cargar con más dolor del que ya tenía al pensar cada insignificante segundo en porque mis padres biológicos me habían dejado aquí.
Al principio cuando empecé a ser consciente de mi situación me gustaba pensar que estaba internada en una escuela tan lejana que mis padres no podían llegar a buscarme, poco a poco cree un montón de historias de porque mis padres no iban a buscarme pero la realidad en mi mundo era otra y hasta hace unas semanas atrás mi único objetivo era cumplir la mayoría de edad, ser libre del orfanato, buscar un empleo y un lugar donde vivir cómodamente hasta que Cristi fuese libre también para mudarnos juntas.
Ahora todo había cambiado, no sería libre, mi sueño había ido a parar al bote de la basura, el panorama se había puesto bastante gris desde mi silla, estaba en el ático del orfanato sentada junto a la pequeña ventana circular observando cómo las niñas más pequeñas jugaban. Un auto lo bastante pomposo se estaciono justo en la entrada principal, bajaron muy tranquilamente los nuevos padres de Cristi, Clarisse y Rodolfo; lucían espectacularmente felices al igual que la chica de 15 años que corría hacia ellos para abrazarlos.
La escena perfecta, cargada de emotividad, mis malditas lágrimas comenzaron a abrirse paso por mis mejillas descendiendo a mi barbilla perdiéndose en su recorrido. Todas las chicas con las que Cristi y yo convivimos diariamente salieron a despedirla mientras Jacqueline entregaba las maletas junto con otras pertenencias de Cristi.
La única que no estaba ahí en ese instante era yo, me dolía verla tan feliz de marcharse sin mí pero al fin y al cabo era eso lo que ella quería, tener una familia, ser querida y olvidarse de que en algún momento vivió en un orfanato.
Cuando los abrazos, los llantos entre sonrisas hubieron terminado tanto Clarisse como Rodolfo envolvieron a Cristi en un abrazo para después ayudarla acomodarse en el auto. Vi como partía a su nuevo hogar sin desprender nada de arrepentimiento por no despedirse de mi –aunque solo fuera para un pronto reencuentro- lo único que obtuve de Cristi fue una mirada sombría desde la ventana posterior del auto.
Me quede observando como el auto se perdía calle abajo, horas pasaron hasta que por fin decidí ir a mi cuarto, abrir mi edredón y envolverme en él para perderme en la calidez de mis sueños olvidando por completo que mañana seria mi sentencia.
2 Capitulo uno
Aun escuchaba el zumbido de mi sable de luz, recordaba cada movimiento, cada pelea que tenia junto a Cristi. Odiaba tener que guardar todos mis pequeños tesoros, odiaba tener que mudarme justo cuando estaba a punto de alcanzar mi independencia.
Cristi por supuesto estaba feliz de tener que vivir con una familia real, tener su propio cuarto, levantarse por la mañana y esperar a saludar a sus nuevos padres adoptivos. Yo por otro lado odiaba esa sensación, no quería padres, al menos no a estas altura de mi vida -¡Porque diablos nadie podía entenderlo! – las palabras de Jacqueline nuestra asistente social resonaban una y otra vez en mi cabeza como una mala canción que odias pero no puedes parar de tararear su melodía. Su voz era como el zumbido de mi sable de luz, solo que venía acompañado de las palabras –Serás adoptada.
-Ivaine, Ivaine – gritos desesperados venían desde la escalera. Era Cristi por supuesto.
-Estoy en el cuarto – grite de vuelta.
A los pocos segundos entro mi mejor amiga algo despeinada, su rostro sonrojado por la agitación se paro en el umbral de la puerta para tomar un poco de aire. Le seguían Pamela y Judith, quienes no paraban de sonreír y susurrarse la una a la otra.
-Ya están aquí. Iv, ya están aquí ¡puedes creerlo!
-Claro que estarán aquí Cristi, se supone que te llevaran hoy a “casa”- puse mi mejor sonrisa falsa en la palabra casa.
Odiaba tener que comportarme de esa forma pero era horrible saber que hoy se llevaban a mi mejor amiga de mi lado. Sabía que solo estaríamos separadas por unas horas pero no quería arruinar su momento feliz, era tan importante para ella poder ser querida y amada por otras personas, en este caso un padre y una madre, de cierta forma me sentía celosa. Celosa porque ella estaba repartiendo cariño a otras dos personas, a dos extraños y yo solo era una simple espectadora.
Clarisse y Rodolfo la pareja perfecta, eran los futuros padres de Cristi y mis futuros tíos. Llegaron aproximadamente hace tres meses a conocer a quien sería su hija querida. Clarisse no podía tener hijos naturalmente por lo que decidieron adoptar. Todas las parejas prefieren adoptar a niños pequeños o bebes, pero en este caso ellos querían a una niña mayor – digamos que una chica de 15 años que juega aun a peinar sus muñecas y a la casita, podría considerarse – por supuesto en cuanto vieron a Cristi quedaron fascinados.
-Oh vamos Ivaine no pongas esa cara, sabes que pronto vendrán por ti –Cristi me saco de mis pensamientos pesimistas dedicándome una gran sonrisa- además tu sabes que seremos vecinas y primas queridas. Tus nuevos padres, Gabriel y Eunice te adoraran.
Bastaron las palabras Padres en la oración para que mi furia floreciera. Tenía ganas de tirarlo todo y correr a millones de kilómetros de distancia, si fuese posible yo desaparecería del planeta tierra me iría a una dimensión desconocida. Pensar que había estado tan cerca de adquirir mi independencia, solo me faltaba un año para cumplir la mayoría de edad que estipulaba la ley y ser libre, libre de las chicas del orfanato, libre de la comida nutritiva de Rosita, libre de Jacqueline y sus constantes visitas por presentarme a cada padre que venía buscando a un chico para adoptar. Lo único que realmente extrañaría seria mis clases de arte y por supuesto a Cristi.
Comenzaron a derramarse esas lágrimas traicioneras, lágrimas que solo me permitía mostrar de vez en cuando a mí mejor amiga, mi hermana del alma.
-Oh Iv. Lo siento no quise hacerte sentir mal –susurro ella mientras trataba de consolarme, hizo un ademan a Judith y Pamela para que salieran –es solo que pensé que estarías tan feliz como yo de por fin ser adoptada. Ser libre al fin.
-No seré libre Cristi. Solo iré a una nueva cárcel, con mejor comida, lindos vestidos de niña mimada y un par de carceleros que supuestamente quieren lo mejor para mí. Eso no es ser libre.
-Vamos no será tan malo, además yo estaré cerca. Por favor deja de ser tan dramática –rodo sus ojos como siempre lo hacía cuando yo comenzaba a quejarme – conoceremos chicos guapos, tendremos ropa nueva que no nos quedara grande, iremos a un nuevo colegio, tendremos nuestro propio cuarto y a ti te dejaran conducir un auto ¿Acaso no ves todos los beneficios?
-¡Beneficios! ¡Yo tan solo quiero mi libertad! ¡No quiero nada de eso, solo quiero poder ser independiente y no tener que ser la carga de alguien más!
-Pero Iv…
No la deje ni siquiera terminar porque me puse a gritar como una histérica por toda la habitación.
-Nada de peros Cristi. Ellos son extraños y solo seremos una carga para ellos, seremos un lindo juguete por un tiempo pero cuando nos consideren un problema en su vida nos traerán de vuelta aquí tal y como tus otros padres adoptivos lo hicieron, o incluso nuestros padres biológicos. ¡Que no lo entiendes! Si nuestros verdaderos padres nos abandonaron como basura ¿porque ellos tendrían que amarnos?
Cristi comenzó a llorar descontroladamente mientras que mi pecho subía y bajaba por la rabia que había estado conteniendo desde semanas, los sollozos desesperados de Cristi me hicieron recapacitar en mis palabras, en todo lo que había dicho. Me sentí como una paria al darme cuenta que solo había conseguido sacar a flote los sentimientos más profundos de Cristi, jure nunca decir porque ella había sido de vuelta hace tres años atrás. Técnicamente no lo hice.
En vez de comportarme como su hermana del alma, me había comportado como su peor enemiga al sacar a flote todos esos recuerdos.
-Cristi… yo… lo siento –le dije mientras me acercaba a ella para abrazarla.
Rápidamente se alejo de mí.
-¡No te acerques! ¡Te odio! – me grito a la cara antes de salir corriendo.
Jacqueline estaba de pie en el umbral de la puerta a los pocos segundos de que Cristi saliera corriendo, su mirada era de reproche pero como siempre antes de juzgarme haría las preguntas correspondientes. Aunque sabía que yo era culpable.
-¿Qué sucedió?
-Nada.
-Creo que eso fue mucho más que nada Ivaine, deberías comenzar a pensar más en los sentimientos de los demás. Cristi no tiene la culpa de lo que te está sucediendo.
Y sin más palabras, dejo la habitación llevándose con ella la maleta de Cristi y dos corazones
rotos. El de mi mejor amiga y el mío.
0 ¿Todo o Nada?
Bueno Hola a todos mis bloggeros de corazón, soy yo de nuevo, con otro blog, otra historia entre manos y diversidad de ideas por expresar.
Principalmente quiero decirles que desde hace rato queria crearme otro Blog para subir una nueva historia que se esta hilando aun en mi cabeza, se preguntaran ¿otra más? pero si aun no ha terminado ni la primera! Pues para que vean que ideas de mi cabeza loca salen a cada minuto, jajajaja... Quiero decirles que no dejare de lado ninguno de los dos blogs, como dije -en el otro blog- al menos publicare una vez por semana.
A pesar de que la idea principal es subir otra historia, tambien quiero dedicar este blog a escribir un poco de todo, quizas algo mas de mi y de mis ideales o que se yo, pero no quiero que sea solo de una historia en particular, ya veremos con el tiempo si quieren que publique temas en general o solo la historia jajaja. Ustedes me ayudaran a tomar la desicion.
Como dice el Titulo o lo es Todo o Nada pero para ser sincera quiero a ambas... quiero Nada porque se que con eso, vendra mi TODO!
Espero de todo corazón que les guste lo que se vaya publicando aqui, y si no, pues JODANSE jajaja, no mentira, pues si no les gusta, no lo lean, porque al final igual seguire publicando.
Un beso enorme, portense bien y coman sus vegetales,
Atte.
Ca_ro
Principalmente quiero decirles que desde hace rato queria crearme otro Blog para subir una nueva historia que se esta hilando aun en mi cabeza, se preguntaran ¿otra más? pero si aun no ha terminado ni la primera! Pues para que vean que ideas de mi cabeza loca salen a cada minuto, jajajaja... Quiero decirles que no dejare de lado ninguno de los dos blogs, como dije -en el otro blog- al menos publicare una vez por semana.
A pesar de que la idea principal es subir otra historia, tambien quiero dedicar este blog a escribir un poco de todo, quizas algo mas de mi y de mis ideales o que se yo, pero no quiero que sea solo de una historia en particular, ya veremos con el tiempo si quieren que publique temas en general o solo la historia jajaja. Ustedes me ayudaran a tomar la desicion.
Como dice el Titulo o lo es Todo o Nada pero para ser sincera quiero a ambas... quiero Nada porque se que con eso, vendra mi TODO!
Espero de todo corazón que les guste lo que se vaya publicando aqui, y si no, pues JODANSE jajaja, no mentira, pues si no les gusta, no lo lean, porque al final igual seguire publicando.
Un beso enorme, portense bien y coman sus vegetales,
Atte.
Ca_ro